La reforestación incluyó 10.000 ejemplares de coihue (Nothofagus dombeyi) y 7.000 de ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis), distribuidos en el Área Natural Protegida Nacientes del Río Tigre y en la Reserva Forestal Provincial Currumahuida. En Cholila se realizaron actividades piloto con la plantación de 15.000 árboles, mientras que en Lago Puelo se sumaron 2.000 cipreses con la participación de docentes y estudiantes de distintas localidades.
El especialista en bosques de la Fundación Vida Silvestre Argentina, Ariel Medina, destacó que la restauración “no solo busca recuperar la funcionalidad ecológica del bosque, sino también fortalecer la relación entre las comunidades y su entorno natural, promoviendo la resiliencia frente al cambio climático”.
Por su parte, Gastón Arancibia, director de Programas y Proyectos de la Secretaría de Bosques de Chubut, señaló que estas acciones “consolidan un modelo de manejo sostenible que vincula el bienestar humano con la protección del bosque nativo, reafirmando el compromiso provincial con la reconstrucción ecológica y social”.
Las tareas forman parte del componente “Restauración de Paisajes Forestales” del proyecto ProCLIM-AR, que combina la reforestación con procesos participativos de comunidades e instituciones locales para actualizar el Plan Estratégico de Restauración y fomentar tanto la conservación ambiental como el desarrollo socioeconómico regional.
El ProCLIM-AR es una iniciativa de cooperación bilateral entre Argentina y Alemania, impulsada por GIZ y la Iniciativa Internacional sobre el Clima (IKI), junto con la Fundación Vida Silvestre Argentina, Fundación AVINA y distintos organismos gubernamentales nacionales y provinciales. El programa busca consolidar un enfoque integral y sostenible de restauración a largo plazo en el Bosque Andino Patagónico, reforzando el compromiso de Chubut con la protección de su patrimonio natural.