Este martes se inició en Brasil el juicio histórico contra el ex presidente Jair Bolsonaro, acusado por la Fiscalía de haber intentado un golpe de Estado en 2022 para impedir la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva. La primera audiencia se realizó bajo estrictas medidas de seguridad y sin la presencia del propio Bolsonaro, quien alegó problemas de salud.
“El Supremo Tribunal Federal debe juzgar con imparcialidad y aplicar justicia en cada caso específico, sin importar amenazas ni coerción”, señaló el juez Alexandre de Moraes al abrir el proceso. El magistrado advirtió que la impunidad “deja cicatrices traumáticas en la sociedad y corroe la democracia”.
Por su parte, el fiscal general Paulo Gonet remarcó que no sancionar intentos de romper con el orden constitucional “intensificará los impulsos autoritarios y pone en peligro un modo de vida civilizado”.
El caso y los hechos investigados
La acusación sostiene que Bolsonaro y su entorno promovieron un plan denominado “Puñal Verde y Amarillo”, con el objetivo de atacar las instituciones democráticas y frenar el traspaso de poder a Lula. Según la Fiscalía, el ex mandatario habría instrumentalizado el aparato estatal, alimentando denuncias de fraude electoral desde 2021 y escalando un discurso de ruptura con la democracia.
El caso cobró fuerza tras el asalto del 8 de enero de 2023, cuando miles de simpatizantes del ex presidente irrumpieron en la plaza de los Tres Poderes, en Brasilia, donde se encuentran el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y la sede presidencial. La Fiscalía estima que los daños ocasionados superaron los 20 millones de reales.
Entre las pruebas presentadas se encuentran mensajes y documentos incautados en allanamientos, así como un decreto “golpista” que, según la investigación, Bolsonaro habría mostrado a altos mandos militares en una reunión privada. También se reveló que el plan contemplaba incluso el asesinato de figuras políticas como el vicepresidente Geraldo Alckmin, el juez De Moraes y el propio Lula.
Mauro Cid, ex ayudante de Bolsonaro, firmó un acuerdo de colaboración con la Justicia y aportó detalles del complot, lo que permitió reconstruir parte del esquema.
Los delitos y posibles penas
El ex presidente enfrenta cargos por abolición violenta del Estado democrático de derecho e intento de golpe de Estado, delitos previstos en el artículo 359 del Código Penal, con penas de tres a doce años de prisión. También se lo acusa de participación en organización criminal armada, daños a la propiedad pública y deterioro del patrimonio.
De ser declarado culpable, Bolsonaro, actualmente en arresto domiciliario con tobillera electrónica, podría recibir más de 40 años de cárcel y quedar inhabilitado de forma indefinida para ejercer cargos públicos.
El juicio se extenderá hasta el 12 de septiembre, fecha en la que se espera una definición clave para el futuro político y judicial del ex presidente.