Las Fiestas Patrias del 18 de septiembre no pasan desapercibidas en Comodoro Rivadavia. Entre empanadas, mote con huesillo, terremotos y cuecas, la comunidad chilena se reúne para revivir su historia y mantener viva la cultura que cruzó la cordillera hace décadas.
Gladys Muñoz llegó desde Chile en 1985 y, con el paso de los años, se convirtió en referente de la enseñanza de la cueca en la ciudad. “Hace 40 años que enseño mi folclore, principalmente la cueca. Así nació el conjunto Sembrando Tradiciones, donde ensayamos dos veces por semana con niños, jóvenes y adultos. Siempre estamos presentes transmitiendo nuestra cultura, desde los más chicos hasta los más grandes”, contó emocionada.
La agrupación se prepara con intensidad para estas fechas, donde la música y la danza se vuelven protagonistas en distintos escenarios de la región. “Bailamos, cantamos, somos completitos. Normalmente nos presentamos donde nos invitan, pero esta fecha es muy especial: estaremos en el boulevard a O’Higgins, en el centro de residentes de Caleta Olivia y en las ramadas de FM Del Sol”, adelantó Muñoz.
Uno de los grandes orgullos del conjunto es Darío Rodríguez Delgado, bailarín que este año se consagró campeón nacional de cueca. Nieto de chilenos pero nacido en Argentina, asegura que la danza trasciende fronteras: “Más que a Chile, represento a Argentina. Me llena de orgullo sentir este folclore tan propio y llevar a mi ciudad y a mi país a un mundial”.
Después de dos años consecutivos en el segundo puesto, Darío logró el título nacional. Ahora sueña con representar a la región en el Mundial de Cueca, que este año podría realizarse en Suiza tras la suspensión en Nueva York.
Para ambos, la cueca es mucho más que una danza. Es un símbolo de identidad, de resistencia cultural y de unión comunitaria. “En la independencia de Chile se llamó a todo el pueblo a bailar la cueca. Desde ese momento, esta danza se volvió parte de nuestra historia, de nuestra vida cotidiana y de nuestra forma de sentirnos más chilenos que nunca”, recordó Gladys.
Este 18 de septiembre, las calles de Comodoro volverán a llenarse de pañuelos al viento y zapateos, con el clásico esquinazo en Rivadavia y Asturias. Un festejo que, más allá de la nostalgia, reafirma la fuerza de una tradición que sigue sembrando raíces en tierra patagónica.