Joaquín González vivió un accidente que cambió su vida a los 14 años. Una descarga eléctrica le dejó heridas graves, obligándolo a someterse a 18 injertos de piel y pasar dos meses en cama. Sin embargo, su sueño de volver a jugar al básquet nunca se apagó.
“Al principio fue complicado. No entendía del todo lo que había pasado, pero desde el primer día supe que podía volver a jugar”, contó Joaquín en diálogo con Nuestras Mañanas por Radio del Mar. Su recuperación fue lenta y dolorosa, pero estuvo acompañada de un apoyo constante: su amigo de la infancia, Matías Sales, quien reaccionó rápidamente durante el accidente y luego lo acompañó durante toda su internación.
El momento clave llegó gracias a la intervención de un vecino, Roberto, que aplicó RCP y salvó la vida de Joaquín. “Siempre voy a recordarlo. Me salvó la vida”, afirmó emocionado.
Tras meses de recuperación en Buenos Aires y Madrid, bajo la guía de kinesiólogos y con una fuerza de voluntad extraordinaria, Joaquín volvió a pisar la cancha en 2019. Hoy, años después, su esfuerzo y perseverancia se ven recompensados: mañana debutará en la Primera de Ferrocarril Patagónico junto a Matías, su amigo y compañero desde 2008.
“Es muy emocionante volver a jugar en el club que nos vio crecer y compartir esta experiencia con mi hermano”, aseguró Joaquín. Ambos están ansiosos por enfrentar los primeros partidos del Prefederal y demostrar todo lo que trabajaron juntos durante estos años.
Esta historia no solo refleja la resiliencia de Joaquín, sino también la fuerza de la amistad y el poder de los sueños que, aunque parezcan imposibles, pueden hacerse realidad con esfuerzo y acompañamiento.