Elena Acosta, jefa del servicio de Neonatología del Hospital Regional de Comodoro Rivadavia, recordó cómo comenzó su camino en la medicina: “Soy de Santiago del Estero y, al terminar la secundaria, no tenía idea qué estudiar. Un padrino me sugirió la medicina y me pareció una gran oportunidad. Me trasladé a Tucumán y cursé la carrera allí, después regresé a Santiago para hacer pediatría en el Hospital Eva Perón”.
Su recorrido profesional la llevó luego a la maternidad hospitalaria de la ciudad de la Banda, donde trabajó seis años. Más adelante, por circunstancias de la vida, se trasladó a Neuquén, a un pequeño pueblo llamado Rincón de los Sauces, donde trabajó en una clínica privada. Finalmente, hace 14 años, llegó a Comodoro Rivadavia para integrarse al servicio de Neonatología del Hospital Regional, un equipo que hoy conforman diez profesionales, en su mayoría provenientes del norte del país, y que trabajan de manera coordinada para brindar atención integral a los recién nacidos.
La doctora destacó la complejidad de su trabajo: “El servicio de Neonatología es muy amplio. Atendemos pacientes que nacen por cesárea o parto, y aquellos recién nacidos sanos pasan a una sala junto a sus madres, donde durante 48 horas brindamos asistencia en lactancia y vacunación. Los bebés que requieren internación por prematuridad o patologías graves ingresan a terapia, donde permanecen a veces hasta dos meses. Es un acompañamiento que requiere tiempo, tanto con el bebé como con la familia, que muchas veces llega con miedo e incertidumbre”.
Acosta enfatizó la importancia del trabajo en equipo: “No solo somos médicos. Contamos con enfermería, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, cardiólogos y otros especialistas. Todos trabajamos juntos para sobrellevar la enfermedad de los pacientes. Cada logro, por pequeño que parezca, como que un bebé aumente 20 gramos por día o tolere la alimentación, nos llena de satisfacción. Ver cómo los pacientes superan sus enfermedades y cómo los padres se involucran en el proceso es una alegría inmensa”.
Entre los casos que más la marcaron, la doctora recordó uno muy particular: “Hubo un bebé que nació prematuro durante la pandemia y perdió a su madre por COVID-19. Estuvo muy grave, pero hoy tiene tres años, crece sano y feliz. Ver eso es una de las mayores satisfacciones de nuestra profesión”.
Además, Acosta subrayó los avances en prevención y cuidados neonatales: “Gracias a la implementación de vacunas para mamás embarazadas, la promoción de la lactancia materna, los controles periódicos, el sueño seguro y ambientes libres de humo, hemos visto una disminución de infecciones respiratorias en recién nacidos. La incorporación de más especialistas y médicos, así como la colaboración del hospital y las donaciones, nos permite mejorar continuamente la atención”.
Finalmente, la jefa de Neonatología reflexionó sobre la vocación de quienes trabajan en salud: “Ser profesional de la salud es acompañar, proteger y sostener a las familias en sus momentos más vulnerables. Cada paciente que se va sano de nuestro servicio es un recordatorio de que todo el esfuerzo, la dedicación y la pasión por la medicina valen la pena”.