Villaverde sostuvo que su renuncia es una decisión que “nace desde el amor, la responsabilidad y la coherencia: mis hijos están antes que cualquier cargo, porque ninguna ambición política vale más que su bienestar”.
La legisladora consideró que fue víctima de “operaciones mediáticas obscenas, maliciosas y profundas”, diseñadas para “destruir, desgastar y humillar”.
“No fueron discusiones políticas: fue una violencia calculada contra una mujer, una madre y una dirigente que incomoda a la vieja política. Aceptar continuar bajo esas condiciones sería convalidar el daño y poner en riesgo a mi familia. No lo voy a hacer”, manifestó.
Villaverde subrayó que “sectores del viejo régimen” intentaron convertir su situación personal en una herramienta para” frenar las reformas, obstaculizar la conformación del bloque oficialista en el Senado y desgastar al proyecto de cambio”. Y aseguró: “No voy a ser parte de esa maniobra. No me van a usar como pieza para detener el rumbo que millones de argentinos eligieron”.
La diputada destacó que cree en el proyecto libertario como “la única salida posible para la Argentina” y que su renuncia beneficia el proceso de transformación. “Yo soy libre y voy a defender la libertad, incluso si eso implica dar un paso al costado”, precisó.