En el marco del Día del Vacunador, Comodoro Rivadavia rinde homenaje a Juan Calderón, referente indiscutido de la salud pública. Con paciencia, dedicación y una vida entera dedicada a proteger a la comunidad, Calderón se convirtió en símbolo de vocación y compromiso.
“Siempre en Comodoro, feliz y contento. Estoy muy emocionado. La profesión ha cambiado muchísimo, pero hay evolución en todo y tenemos que seguir caminando en ella”, expresó en diálogo con Del Mar Digital.
Su historia comenzó por iniciativa de su padre, quien lo inscribió en la carrera de enfermería. A los 16 años inició su formación y en 1959 se recibió como enfermero, siendo contratado por YPF, donde trabajó en el hospital y en los campamentos. Tras jubilarse, siguió ejerciendo con la misma pasión.
Con nostalgia y humor recordó los cambios en la profesión: “La metodología médica simplifica las cosas y muchas tareas que yo realizaba antes ahora me dicen que no”.
Pero su amor por la enfermería y la vacunación se mantiene intacto: “Es hermosa mi profesión, no la cambiaría por nada. Le deseo mucha felicidad a mis colegas en este día y también le agradezco a mis pacientes”.
La historia de Juan Calderón es también la de Comodoro Rivadavia, donde miles de vecinos guardan en la memoria al enfermero que, con cada vacuna, dejó una huella imborrable en la salud de la ciudad.