El cuartel central de Bomberos Voluntarios de Comodoro Rivadavia guarda entre sus historias más emotivas la de Maximiliano “Machi” Sánchez, un joven con síndrome de Down que, desde hace más de 35 años, forma parte de la vida diaria de la institución. Su vínculo comenzó en la infancia, cuando su familia llegó desde Rosario y él, con apenas unos años, comenzó a escaparse para visitar a los bomberos de su barrio.
“Primero le tenía miedo al sonido de la sirena, pero después se fue acostumbrando. Hoy es un compañero más”, contó Felipe Di Marco, integrante del cuartel, quien trabaja junto a Machi desde sus primeros días en la ciudad.
Hace poco más de un año, Machi fue reconocido oficialmente como el primer Bombero Voluntario Honorífico del país, un título que despertó felicitaciones de cuarteles de todo el interior. “Nunca se les había ocurrido, pero nosotros fuimos los pioneros”, remarcó Di Marco.
Su actividad en el cuartel incluye lavar camiones, cebar mates y acompañar a los bomberos en guardias, aunque, por cuestiones de seguridad, no participa de los operativos en incendios. Algo similar ocurre con “Beto”, un joven no vidente que colabora desde hace 9 años atendiendo llamados y aportando en la logística diaria.
“Ellos no cambian nuestro trabajo, pero su presencia es fundamental. Si no está Machi, siempre preguntamos dónde está. Son parte de nosotros”, expresó Di Marco, orgulloso de la inclusión que caracteriza a la institución.