La Cancillería de Rusia citó este lunes al embajador argentino en Moscú, Enrique Ignacio Ferrer Vieyra, para exigirle explicaciones por las afirmaciones de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
Días atrás, la funcionaria había acusado a la inteligencia rusa de participar en una grabación dentro de la Casa Rosada, en el marco del escándalo por las supuestas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).
Bullrich había calificado esas filtraciones como una “impresionante maniobra de inteligencia”, aunque luego relativizó sus propias declaraciones al señalar que la grabación “la pudo hacer cualquiera”. En su discurso, incluyó a Rusia, Venezuela, Bolivia y hasta a la Asociación del Fútbol Argentino como parte de un supuesto complot.
La reacción del Kremlin no tardó en llegar. En un comunicado oficial, la Embajada rusa en Buenos Aires calificó los dichos de la ministra como “infundados y falsos” y advirtió que “el deseo de ver ‘espías rusos’ en cada esquina es irracional y destructivo”.
Este lunes, Moscú dio un paso más y convocó al representante diplomático argentino. El Ministerio de Exteriores señaló que Rusia “rechaza firmemente las acusaciones” de Bullrich, ya que las considera “infundadas” y sin pruebas. Además, recordaron la existencia del Tratado de asistencia legal recíproca en materia penal entre ambos países, que establece los mecanismos de cooperación en casos de investigaciones.
El comunicado agregó que las declaraciones de la ministra “no ayudan a mantener relaciones constructivas de amistad que existen” entre ambas naciones, y expresó: “Lamentamos que Buenos Aires no esté dispuesto a avanzar en el camino de su desarrollo progresivo”.
Finalmente, la Cancillería rusa pidió que la Argentina brinde “una explicación detallada” de las “inaceptables declaraciones” de Patricia Bullrich “lo antes posible”.