El empresario Ariel García Furfaro, dueño de HLB Pharma y Laboratorios Ramallo, vinculados a la fabricación de fentanilo contaminado que provocó la muerte de 96 personas, declaró la semana pasada ante el juez federal Ernesto Kreplak en La Plata.

“Esa bacteria alguien la metió”, afirmó García Furfaro, quien ya se encontraba detenido tras varios allanamientos que también involucraron a sus hermanos, su madre y otros ejecutivos de los laboratorios.

El empresario explicó que desde hace un mes no duerme por la preocupación y reconoció que podría enfrentar una pena de 10 a 25 años de prisión si se determina su responsabilidad en la muerte de pacientes, según el artículo 201 bis del Código Penal.

Durante su declaración, García Furfaro apuntó a Andrés Quinteros, exdiputado bonaerense y CEO de ambos laboratorios, como posible responsable del sabotaje: “No tengo dudas de que Andrés Quinteros está detrás de esto”. En entrevistas anteriores había manifestado: “Siempre supuse que fuera posible que Quinteros intentara atacar al laboratorio, ya fuera a través de un sabotaje o de una campaña mediática de desprestigio”.

El empresario defendió a sus empleados y aseguró: “Si algún empleado mío hizo una maldad me hago responsable, pero son gente de trabajo. Se hace limpieza todos los años. Las máquinas están impecables, son nuevas”. Sin embargo, el personal del Instituto Malbrán detectó irregularidades en los procedimientos de limpieza que mencionó.

García Furfaro concluyó su declaración con una fuerte defensa de su conducta: “Que me corten la cabeza si tengo responsabilidad”, mientras la Justicia Federal continúa investigando su papel en la tragedia provocada por el fentanilo contaminado.