El comodorense Gabriel Ocejo cumplió uno de sus grandes sueños deportivos: completar la Ultramaratón de Mont Blanc, considerada una de las pruebas de montaña más exigentes del planeta. El desafío consistió en recorrer 177 kilómetros con un desnivel positivo de 10.000 metros, atravesando Francia, Italia y Suiza, para finalmente regresar a Chamonix, el icónico punto de partida y llegada.
La carrera, que largó con más de 2.500 corredores, terminó con apenas 1.600 en la meta, lo que refleja la dureza del circuito. “El objetivo era completarla, no importaba el tiempo. Costó cada kilómetro, con lluvia, nieve y frío, pero fue una experiencia inolvidable”, expresó Ocejo tras cruzar la meta, luego de 40 horas de esfuerzo continuo.
El atleta contó que, durante la travesía, el equipamiento obligatorio resultó fundamental. “En el kilómetro 30 nos hicieron ponernos los pantalones impermeables por la lluvia y la nieve. Teníamos que llevar campera térmica, guantes y otros elementos de seguridad. Si no cumplís, te penalizan o te sacan de la carrera”, explicó.
A pesar del desgaste físico y los momentos de bajón, el corredor destacó la emoción de vivir la largada, acompañado por miles de competidores y el aliento constante del público en cada pueblo del recorrido. “Fue la primera vez que se me puso la piel de gallina antes de empezar a correr. La llegada también fue muy emotiva, con mi novia esperándome y toda la gente alentando”, relató.
Ahora, Ocejo se encuentra de viaje por Europa y regresará a Comodoro Rivadavia el próximo 10 de septiembre, con la satisfacción de haber alcanzado un objetivo que lo acompañó durante más de una década de preparación. “Vale la pena, al menos una vez en la vida hay que vivirlo”, concluyó.