La CGT envió un mensaje firme al Gobierno ante la discusión de la reforma laboral: si no hay diálogo abierto y condiciones claras para negociar, recurrirán a movilizaciones y otras acciones. Gerardo Martínez, secretario general de la UOCRA y referente clave de la central sindical, subrayó que la intención es negociar, pero bajo “igualdad de condiciones, transparencia y respeto a la negociación colectiva”.
Desde la visión sindical, varios de los puntos del proyecto generan preocupación. El salario dinámico permitiría ajustar la remuneración según variables productivas o de mercado, mientras que el banco de horas habilitaría mayor flexibilidad en la jornada laboral, modificando la estructura tradicional de las horas extra. Por su parte, los convenios por empresa podrían debilitar la negociación colectiva sectorial, una de las banderas históricas de la CGT.
Martínez también cuestionó la falta de experiencia de algunos funcionarios en materia laboral y envió un mensaje directo a Federico Sturzenegger, ministro encargado de la desregulación, afirmando que “no saben lo que es pagar un salario ni discutir un convenio colectivo de trabajo”.
El proyecto busca “modernizar” las relaciones laborales en Argentina, pero los gremios advierten que ciertos cambios podrían afectar derechos adquiridos y reducir la capacidad de los sindicatos para negociar condiciones sectoriales.
La CGT exige participar activamente en la discusión y dejó en claro que, si sus planteos no son considerados, hará valer su capacidad de movilización. El Ejecutivo tiene previsto presentar el texto final de la reforma a mediados de diciembre, por lo que los próximos encuentros serán clave para definir si se alcanza un acuerdo.