La vida de Mirtha Paradiso, contadora jubilada de Castelar, provincia de Buenos Aires, cambió para siempre con el nacimiento de su hijo Lautaro. Un parto complicado dejó a su bebé con parálisis cerebral. “Fue un embarazo espectacular, sin ningún tipo de problemas y a último momento, por un accidente, quedó en el canal de parto, lo cual provocó que tuvieran que sacarlo con fórceps”, relata. A partir de ese momento, la vida de Mirtha se volcó a acompañar el crecimiento y desarrollo de Lautaro, hoy un hombre de 31 años con una parálisis cerebral espástica distónica.
Un desafío detrás de cada paso
Desde el principio, Mirtha y su familia enfrentaron innumerables desafíos. La inexperiencia fue el primer obstáculo, pero la voluntad de hacer lo mejor por Lautaro fue la guía. Con estimulación temprana y un arduo trabajo, lograron una de las metas más importantes: la alfabetización. A pesar de que en los colegios especiales le decían que su hijo no leía, que solo identificaba figuras, Mirtha luchó para que recibiera el apoyo que necesitaba. “Fue una lucha bastante compleja, pero el resultado lo tenemos, él tiene lecto escritura, puede comunicarse o entender o hacerse entender en las cosas que son de su interés”, asegura con orgullo.
Lautaro, a pesar de las cirugías complejas y los obstáculos, siempre mostró una sonrisa y una actitud positiva, un rasgo que su madre atribuye a la forma en que fue criado. “Es un chico contento, un chico que tiene ganas, que tiene deseos, que comparte y que está dispuesto a todo”, dice Mirtha, con la voz llena de felicidad.
Un proyecto que surgió de la necesidad
A lo largo de los años, Mirtha notó una dificultad recurrente: vestir a Lautaro. Las prendas tradicionales no eran prácticas ni cómodas. Al jubilarse, decidió dedicarse a buscar una solución. Con una costurera, diseñó una campera que se abría por la espalda, para facilitar el proceso de vestir a su hijo.
Esa simple idea fue el germen de Idemlau, un emprendimiento de ropa adaptada para personas con movilidad reducida. El nombre, “para poder estar igual que Lautaro”, refleja la filosofía de la marca. Con la ayuda de una diseñadora textil y una tallerista, Mirtha comenzó a desarrollar una línea de prendas que hoy incluye camperas, capas de lluvia y pantalones, diseñados para ser funcionales, cómodos y estéticamente atractivos.
Cada diseño es un reflejo de una necesidad real. La campera “Galo”, por ejemplo, fue creada a partir de la necesidad de un niño que no podía ser desplazado con facilidad hacia adelante en su silla de ruedas. La prenda permite que se vista con la menor manipulación posible, con cierres adaptados en las mangas. Y su éxito no se limita a niños y jóvenes: un señor mayor, que también usa silla de ruedas, la solicitó porque le pareció muy práctica.

Un costo que vale la pena
Aunque es un negocio, Mirtha insiste en que su principal motivación es la solidaridad. “Yo creo que Dios no te manda nada que vos no puedas soportar”, afirma, y explica que el proyecto es su forma de devolver toda la ayuda y el apoyo que recibió a lo largo de su vida, especialmente tras la muerte de su esposo.
Mirtha sabe que la vida con una persona con discapacidad implica muchos costos invisibles, y por eso se niega a que sus productos sean inalcanzables. “Los precios que yo manejo son precios para que todos puedan comprar”. Rechaza la idea de que por ser productos “especiales” deban ser más caros. “Al revés. Tiene que ser más barato porque si justamente es tan especial es porque hay alguien que lo precisa”, afirma.
Hoy, el emprendimiento cuenta con el apoyo de su hija Camila, quien se encarga de las redes sociales y de la página web www.idemlau.com.ar que permite un acceso más simple y rápido a todos los productos. A pesar de su reciente creación, Idemlau está creciendo. El sueño de Mirtha es que la marca sea reconocida y que cada vez más personas puedan beneficiarse de sus prendas.
Mirtha Paradiso es un faro de resiliencia y amor incondicional. Su historia nos recuerda que, incluso en los momentos más desafiantes, el espíritu humano tiene la capacidad de transformar el dolor en propósito, la necesidad en innovación y el amor familiar en un abrazo solidario que se extiende a toda la comunidad. Idemlau no es solo una marca de ropa; es un testimonio vivo de que la empatía puede construir puentes donde antes solo había barreras, y que cada pequeña acción, tiene el poder de cambiar vidas, un ajuste a la vez.
Más información en: https://comunidadinclusiva.com.ar/