Un equipo de científicos del CONICET desarrolló un método económico y sencillo para eliminar arsénico y nitratos del agua, contaminantes que afectan a millones de personas en zonas rurales y periurbanas de Argentina.
El procedimiento, detallado en la revista Waste and Biomass Valorization, fue liderado por Pablo Arnal en el Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica (CETMIC, CONICET-UNLP-CICPBA). El carbón vegetal se obtiene de biomasa descartada, como cáscaras de girasol o restos de poda, y es tratado químicamente para mejorar su capacidad de filtrado.
El sistema utiliza un reactor compacto diseñado por el propio equipo, construido con latas y chapa metálica, que transforma los residuos vegetales en carbón de manera rápida y estable. Luego, el material se somete a ácido nítrico y a un proceso térmico de 800 °C, generando puntos de anclaje que retienen arsénico y nitratos.
El equipo proyecta la creación de filtros con pastillas de carbón para su uso en tanques domiciliarios o sistemas comunitarios de potabilización. “El método es escalable, rentable y reutiliza desechos industriales o urbanos como materia prima”, explicó Arnal, destacando también posibles aplicaciones en almacenamiento de energía y tratamiento de efluentes industriales.
Este avance cobra relevancia en un país donde más de cuatro millones de personas consumen agua con exceso de arsénico, y donde los nitratos representan un riesgo creciente debido al uso de agroquímicos y la falta de saneamiento.