En su primer mensaje como jefe de Gabinete, Manuel Adorni puso el eje en una transformación del poder hacia el interior: “No va a haber nada más federal que la etapa que se viene”, afirmó, marcando así una nueva dirección para la gestión nacional.
Adorni, quien asumió tras la salida de su antecesor, dejó en claro que su prioridad será articular la acción del Gobierno con las provincias y municipios, descentralizando decisiones y recursos para reforzar el federalismo efectivo. Consideró que esta etapa requiere una “nueva relación” con los gobernadores y intendentes, en la que el Ejecutivo nacional actúe como facilitador más que centro único del poder.
Asimismo, el nuevo jefe de Gabinete destacó que esta redistribución del poder institucional no se limita a slogans: implicará reformas estructurales concretas, una redefinición del rol de los distintos niveles del Estado y una apuesta clara a que las regiones participen activamente en la toma de decisiones. Adorni tomó el relevo en un contexto de cambios internos de gabinete y lo hizo con la promesa de encabezar “una etapa distinta” para la Argentina.